30 de mayo de 2010

Escrito 12: Carlota, Fabio y Dios. Serie: Los Huevos del Perro y una exploración incisiva sobre el divorcio y otros temas irrelevantes.



Escrito 12: Carlota, Fabio y Dios.
Serie: Los Huevos del Perro, una exploración incisiva sobre el divorcio y otros temas irrelevantes.

Treinta y cinco días lejos de Carlota y Fabio, mil trescientos días lejos de Dios. 

Treinta y cinco días lejos de cualquier tipo de responsabilidad concerniente al cuidado y a la alimentación de mis peces y mil trescientos días lejos de Dios, porque no creo que exista.

La responsabilidad y la falta de credibilidad llegaron juntas a mi vida, para después separarse. 

Quienes han tenido oportunidad de leer mi relato “Techos Matemáticos”, han podido conocer una parte de mí que con muy pocas personas he compartido y que habla del día en que deje de creer en Dios.

Sé con seguridad que Dios no existe en mi vida, sé con seguridad que Carlota y Fabio llegaron a mí como consecuencia del hecho de asimilar lo anterior y que simplemente no veo razón alguna por la que deba de volver a existir dentro de mi. 

Dios me ha traído muchos problemas, dificultades y no me ha ayudado a solucionarlos, claro que saber que existe un Dios, puede servir de consuelo, pero me queda claro que en mi caso y por ningún motivo es la solución.

Mi vida como la conozco hoy en día, hubiera resultado casi imposible de llevarse a cabo de la manera en que la conduzco, si Dios me hubiera seguido acompañando a lo largo del camino. 

Dios cerró mis posibilidades, Carlota y Fabio me dotaron de una nueva visión de la vida y de la responsabilidad desde el sentido más estricto de la profundidad de consciencia del ser humano.

Mi vida sin Dios, con Carlota y Fabio, ha sido una vida de cambios constantes, de adaptación al medio, de elección, de creer. Si, sobre todo de creer, que cuando existía Dios en mi vida estaba ciega y cuando me atreví a alejarme de él, fue liberarme en una consecuencia.

La vida, mi vida evoluciona, avanza, y solo cuando pude manejar ese nivel de consciencia, pude entender la capacidad de mi ser humano, que decidió hacer a Dios a un lado, para traer a su vida a dos peces, Carlota y Fabio, para poder decir: “dentro de quince días me reuniré con ellos y dentro de quince días, tendré mil trescientos quince días, lejos de Dios.”

1 comentario:

Constantine dijo...

interesante, noto tu postura agnóstica y comparto tu opinión: hay algunas cosas que no pudieramos contemplar si hubiesemos seguido con el dogma de dios.