Serie: Los Huevos del Perro y una exploración incisiva sobre el divorcio y otros temas irrelevantes.
Semanas atrás, escribí Carlota, Fabio y el poder, acerca del poder y su conquista, los cuales traen consigo mucha responsabilidad en cuestiones estratégicas, tecnológicas, ideológicas y conductuales.
Carlota, Fabio y el poder, resumen en tres palabras la sed por gobernar. Para los que han leído mi columna conocen la historia detrás de Carlota, Fabio y pueden asociar como el poder esta semana se mezcla a este juego de palabras, señalando sin importar el color y como la responsabilidad ciudadana, juega un papel fundamental en la conducta de aquellos que ostentan sentarse en el trono del poder.
¿Qué se es después de rey?, ¿cómo se vive cuando te han quitado la corona?, ¿cómo vuelves a convivir con tu propio ser humano, cuando no tienes el poder?, ¿cómo te haces responsable de tu propia madurez, actos y consecuencias?, ¿cómo se aprende a lidiar en medio de un intenso clima electoral con los demonios internos?, ¿cómo?, esa era mi pregunta.
La respuesta llegó con el noticiero en Radio Formula de José Cárdenas, en el cual entrevistó al Gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, las siguientes palabras captaron mi atención “la efectividad de un estado” en las cuales hizo referencia a su V Informe de Gobierno. Lo busqué en Google, después de dos o tres búsquedas di con unos videos de youtube donde pude escucharlo.
Cifras, compromisos cumplidos y datos relevantes para el Estado de México comenzaron a pronunciarse en boca de Peña Nieto, que a mí, como veracruzana, no me generaban mucho apego, casi al final del informe en cuestión de un párrafo, el texto da un giro agresivo, ya que no se dirijía solo a los mexiquenses, sino a todos los mexicanos y no pude evitar reaccionar ante las descalificaciones al País, considerándolo un Estado fallido.
Carlota, Fabio y el poder, vaya responsabilidad. Mi responsabilidad es hacerme cargo de mis peces, alimentarlos, limpiar sus peceras, ver que estén bien y actuar como buena ciudadana. Gran responsabilidad de nuestros gobernantes de hacerse cargo de un país, un estado y de prácticamente las acciones de todos sus ciudadanos.
¿Cuándo es el momento en el que el gobernante abandona el ideal de trabajar para un país o estado?, el poder cambia a los hombres y no es hasta que el ser humano es poderoso que lo conocemos realmente, pues sale a relucir su verdadero yo. El poder te vuelve voraz, te da sed y es un alimento directo al ego. Ser poderoso es un ejercicio responsable inmenso y no cualquier ser humano tiene la capacidad de asumirlo y ejecutarlo. Cuando el gobernante se sienta en la silla del poder, es cuando el país, el estado o los ciudadanos corren peligro de abandono.
Es cruel y agresivo aceptar que vivimos en un Estado fallido, pero es mas cruel aún, agreder contra uno mismo y ante nuestra sociedad, no aceptando que esa es la realidad en la que vivimos y los ciudadanos tenemos gran parte de culpa, es una generalidad, en vez de tomar el camino mas fácil por el dinero rápido, es un camino que aleja de la preparación y de querer generar acciones colectivas para formar en conjunto un mejor país.
Mucho se habla de la delincuencia, como si este fuera el principal problema, pero la realidad esta detrás de los reflectores, de la exposición mediática, del impulso de acción social por querer trabajar por un México nuevo. La realidad esta frente a nosotros y podemos ver como camina, dejando a su paso los ideales por los cuales ciudadanos decidieron formarse una carrera política, la realidad es que como dice Enrique Peña Nieto, la delincuencia no es el único riesgo que enfrenta el País, hay otra grave amenaza: la lucha del poder por el poder mismo.
No cualquier gobernante puede lidiar con el poder de ser poderoso. Para asumir el poder, hay que responsabilizarse del ejercicio de conducta del ser humano, pero no basta con que el contendiente busque el poder, el poder se contagia, se esparce, te vuelve rey o reina y cuando uno asume el papel, viene la inmensa responsabilidad de la conducta acerca de cómo gobernar el territorio y sobre todo a uno mismo.
México requiere de congruencia y políticos congruentes, que nos presenten unidad de propósitos, requiere del esfuerzo de todos, no hay otro tiempo, debemos con creatividad y compromiso construir un mejor futuro y mi deber como ciudadana es hacerme cargo de Carlota, Fabio y mis acciones sociales para poder contribuir en algo para ayudar a mi país.
Y así, solo así, trabajando en conjunto con los gobernantes que no ostentan el poder por el poder mismo, podremos acercarnos al ideal de un Estado eficaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario