Escrito 14: Carlota, Fabio y mis pies color rosa.
Serie: Los Huevos del Perro y una exploración incisiva sobre el divorcio y otros temas irrelevantes.
Vengo llegando de la presentación de unos cigarros de Benson and Hedges en el Palacio de Hierro, a la entrada nos recibían con Moet Chandon, evidentemente, al momento en el que comenzaron a manifestarse las burbujas en mi persona, mis pies comenzaron a desplazarse el doble de rápido y cuando tuve a bien voltearlos a ver, eran y son de color rosa.
Sí, pies color rosa. En mi mente solo sentía la necesidad de dar una disculpa a mis lectores, porque la semana pasada ocurrió algo dentro, muy dentro de mi, al grado que no pude escribir de Carlota o Fabio, tuve que escribir de algo que estaba sintiendo, un sentimiento cercano al dolor y a la necesidad, escribí “El amor es una emergencia”, una columna muy mía, de mis letras y lejana de lo que habitualmente escribo para ustedes.
Hoy me puedo ubicar lejos de ese dolor que nos hace que el amor sea una emergencia, puedo poner distancia entre los objetos de mi afecto y mi persona.
Puedo, pues me lo propongo, pero no significa que lo quiera, sin embargo la realidad late en la parte inferior de mi cuerpo, en forma de unos pies color rosa.
Puedo, pues me lo propongo, pero no significa que lo quiera, sin embargo la realidad late en la parte inferior de mi cuerpo, en forma de unos pies color rosa.
Estoy pseudo acostada en mi cama, con mi laptop en mis piernas, tratando que mis pies color rosa encuentren la forma de regresar a su color habitual, el hecho que no encuentren su color natural, me hacen recordar que de querer, quiero tantas cosas, quiero saber ¿qué es lo que le pasa a Carlota?, lleva días sin nadar, no se si los peces sufren depresión, pero estoy segura que algo esta experimentando y no esta en mis manos poder ayudarla a salir de esa situación.
Por el contrario, Fabio ha estado mas activo de lo normal, lo veo nadar a altas velocidades de arriba a abajo de la pecera, en círculos y sí, por difícil que pueda parecer, siento que por momentos me sonríe.
Por el contrario, Fabio ha estado mas activo de lo normal, lo veo nadar a altas velocidades de arriba a abajo de la pecera, en círculos y sí, por difícil que pueda parecer, siento que por momentos me sonríe.
Carlota y Fabio como ustedes bien saben son mis compañeros, al igual que mi planta, son la manifestación física de mis responsabilidades, representan el que me puedo responsabilizar de algo y definitivamente hoy me responsabilicé de todo, menos de mi persona, si no, no traería mis pies color rosa y estaría tratando de explicarme ¿qué demonios le ocurre a Carlota y Fabio con su inesperado cambio de conducta?
Quince centímetros de tacón me provocaron una inflamación rosa tirándole a fosforescente en mis pies y justo ahora, estos pies laten mientras escribo esta columna, retumban como una alerta en cuestiones de ego fundamentales, porque no es normal, que en vez de concluir esta columna, que esté pensando la forma en ¿cómo preguntarle a ustedes?, si estará mal tratar de conseguir un psicólogo para Carlota y Fabio, y un buen novio que desee darme masaje en estos pies color rosa que piden a gritos, nunca mas volver a asistir a la presentación de ningunos cigarros con tacones de quince centímetros.
1 comentario:
Mas que responsabilizarte de ti misma, simplemente tomaste conciencia. Un primer paso. Este comentario podría ser una nota mental no tan mental, para ti, porque a voz en cuello todos la pueden leer aquí: tus pies siguen rosados y los peces en su loca carrera. Ora pa'arriba, ora pa'abajo, ora en la depre...Pero algo es algo dijo el Diablo: ya te preocupaste de ti misma. :)
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