Momentos antes de tomar un vuelo a Miami, estaba hablando con a very special someone,
quien me preguntó sobre mi columna semanal. Mi respuesta fue, ya está,
no me encanta, pero en el avión la trabajo, a lo que me respondió “En
el vuelo te va a quedar una columna de mayor altura”.
Vuelo en curso, mi respaldo hacía atrás y mientras intentaba estar cómoda, comienzo a escribir la columna con una frase que todas las mujeres debemos tener presentes como un mantra en nuestro día a día: “Un hombre nunca debe ser la fuente de la alegría de una mujer”. Este mantra es muy importante sobretodo en paises como el nuestro, en el que al no tener novio o marido todo el mundo te pregunta: ¿por?, ¿para cuándo?, “tan bonita y sin novio”, entre otras muchas cosas más…
Permanecer dentro del porcentaje de solteros, lejos de ser algo positivo, es interpretado por la mayoría de las personas como algo voluntario o que te resta valor. Para muchos es dificil comprender que en el proceso de soltería, algunas mujeres se encuentran trabajando en su espíritu y escogiendo bien a esa persona que la va a completar.
Creciendo con esas creencias en mente, cuando aparece el primer hombre en el camino, la mayoría de las mujeres se aferran a él, lo toman como la única fuente de su felicidad,
aceptación y como el que finalmente les dará un lugar apropiado dentro
de la sociedad. Cuando el hombre se va, dichas mujeres sienten que se
mueren y por ende, su vida ha llegado al fin.
El hecho que las mujeres hoy seamos profesionistas, capaces de ganar
lo mismo o incluso más que ellos, con posibilidades de proveer a
nuestra familia y a nuestros hijos, no significa que seamos hombres. Ahí
es donde existe una gran confusión, por este enredo se generan muchos problemas de pareja e incluso divorcios.
Las mujeres tratan de ir en contra de su naturaleza, y no importa
que tan fregona sea, siempre debe estar consciente que tiene un rol en
esta vida y que el hombre tiene otro.
Si estamos en constante trabajo espiritual, repitiéndonos el mantra del principio, entonces caemos en otro rubro, el aspecto sentimental, en donde se busca el alma gemela.
Hay que tener muy presente que dos almas no pueden conectarse entre sí,
a no ser que cada individuo este conectado con su alma también. Con
esto quiero decir que si una mujer esta esperando que un hombre sea su fuente de luz y
ella no ha pasado el proceso de descubrir ¿quién es?, ¿para qué esta
aquí?, es decir, si no construye una relación con ella primero, no puede
haber una relación entre almas gemelas.
A diferencia de lo que comúnmente sabemos, que los opuestos se atraen, desde que estudio Kabbalah me he dado cuenta que realmente es al contrario, lo que se atraen son los semejantes. Las relaciones no son una competencia, el trabajo personal consiste en entender que una relación de pareja es una sociedad en la que cada uno tiene su rol, donde no hay que pelear por ver quien gana, sino combinarse para complementarse.
Es súper importante que la mujer se de permiso para ser mujer y le de la oportunidad al hombre de ser hombre,
porque si estas esperando a que el hombre cambie o aprenda, no va a
suceder. Depende de una, de cómo lo encamines con tus acciones.
La mujer debe de aprender que ella es la que administra la energía en
la relación, si no aprende como administrarla, sabiendo cuándo decir
que si, cuándo no, cuándo contestar el teléfono, cómo lidiar con las
cosas, cómo comunicarse, qué es lo que necesita su hombre, o cómo elegir
al hombre correcto, el proceso será casi imposible de concretarse de
manera positiva.
Parte del rol de la mujer, es permitir al hombre el derecho a conquistarla. Los hombres tienen que ganarse el derecho de poseer las cosas, es muy importante que ellos sientan que deben de hacer un esfuerzo por tenerlas. La satisfacción de ellos no es su responsabilidad, sino de ellas, si una mujer no le da la oportunidad de ganárselo, le quita la oportunidad de sentirse satisfecho, lo que traerá consecuencias negativas, ella le está cortando las alas y cerrando todas las puertas.
Nuestra responsabilidad como mujeres es dar
oportunidades a los hombres para que nos ganen y se sientan satisfechos
en la conexión con nosotras. Si la mujer no le permite luchar por ella,
le quita al hombre la oportunidad de apreciarla. Entonces, las mujeres
no deben de quejarse por estar siendo poco valoradas, porque lo están, por nunca darle la oportunidad al hombre de trabajar por ellas.
Los hombres necesitan sentir que la mujer es un premio, experimentar
la recompensa de ganar el reto, y eso dura para siempre. No importa si
la mujer tiene un novio o está casada, es importante siempre operar desde ese lugar en el que el hombre sienta que lo que tiene de nosotras, es un regalo que se ha ganado.
Lo realmente importante es que la mujer siempre se repita: “El hombre
nunca debe de ser mi fuente de alegría”, y no importa si están al
principio, a la mitad o al final del vuelo que te llevará a tu destino,
siempre es momento para entender que las relaciones no son una
competencia, son una sociedad y mereces tener a tu lado el mejor hombre
del universo, siempre y cuando tu seas la mejor mujer, dispuesta a
llenar el universo de un hombre.