16 de julio de 2015

Amar como los hombres.


Con profundo cariño, les comparto que mi libro "Amar como los hombres", publicado por la editorial 2Líneas, ya salió de la imprenta y está listo para salir al mundo a encontrar lectores.

Es para mi un honor poder compartir este sueño con ustedes y quiero agradecer a mi editor Hildebrando Cota, por su apoyo incondicional.

Este libro, es para ustedes, mis queridos lectores.

Con cariño, 
Ana Laura Martínez Pereyra. 

19 de diciembre de 2014

Palabras que los padres jamás quisieran pronunciar...


¿Qué otra palabra de la lengua española produce más miedo en el corazón del hombre que la palabra muerte? La vida y la muerte son simplemente dos caras de la misma moneda.

Quizá tenemos miedo a la muerte porque nuestra alma sabe que no ha finalizado lo que vino a hacer en esta vida. Pero una vez que nos damos cuenta de que la muerte no es el final del juego sino solo una oportunidad para jugar de nuevo, no tenemos nada que temer.

Uno podría preguntarse, ¿cómo es posible que un momento pueda ser tan relevante? La respuesta es: que los desafíos de la vida son una parte esencial del viaje de nuestra alma.

La situación que hemos vivido por medio de nuestra hija, nos permitió acceder a la conciencia más elevada, poniendo a un lado la lógica.

El agua se evapora, pero vuelve a la tierra como lluvia, incluso la muerte misma no puede resultar en una pérdida de energía, por lo cual, la muerte en realidad no es el final de la vida.

Mi esposo y yo tenemos confianza y certeza más allá de lo que nuestros ojos nos muestran y lo que nuestros corazones nos permiten creer. Hemos perdido el miedo a la muerte, estamos conscientes de que es solo una ilusión.
Nuestra hija, únicamente abandonó la escena de los vivos, está viva en otro plano en el que siempre va a estar con nosotros. Está aquí conmigo. Aunque no esté manifiesta en el mundo físico, siempre seremos su familia y cuidaremos de ella.


3 de octubre de 2011

¿Cómo encontrar a tu alma gemela y conservarla?



Momentos antes de tomar un vuelo a Miami, estaba hablando con a very special someone, quien me preguntó sobre mi columna semanal. Mi respuesta fue, ya está, no me encanta, pero en el avión la trabajo, a lo que me respondió  “En el vuelo te va a quedar una columna de mayor altura”.

Vuelo en curso, mi respaldo hacía atrás y mientras intentaba estar cómoda, comienzo a escribir la columna con una frase que todas las mujeres debemos tener presentes como un mantra en nuestro día a día: “Un nunca debe ser la fuente de la alegría de una ”. Este mantra es muy importante sobretodo en paises como el nuestro, en el que al no tener novio o marido todo el mundo te pregunta: ¿por?, ¿para cuándo?, “tan bonita y sin novio”, entre otras muchas cosas más…
Permanecer dentro del porcentaje de solteros, lejos de ser algo positivo, es interpretado por la mayoría de las personas como algo voluntario o que te resta valor. Para muchos es dificil comprender que en el proceso de soltería, algunas mujeres se encuentran trabajando en su espíritu y escogiendo bien a esa persona que la va a completar.
Creciendo con esas creencias en mente, cuando aparece el primer hombre en el camino, la mayoría de las mujeres se aferran a él, lo toman como la única fuente de su felicidad, aceptación y como el que  finalmente les dará un lugar apropiado dentro de la sociedad. Cuando el hombre se va, dichas mujeres sienten que se mueren y por ende, su vida ha llegado al fin.

El hecho que las mujeres hoy seamos profesionistas, capaces de ganar lo mismo o incluso más que ellos, con posibilidades de proveer a nuestra familia y a nuestros hijos, no significa que seamos hombres. Ahí es donde existe una gran confusión, por este enredo se generan muchos problemas de pareja e incluso divorcios.


Las mujeres tratan de ir en contra de su naturaleza, y no importa que tan fregona sea, siempre debe estar consciente que tiene un rol en esta vida y que el hombre tiene otro.


Si estamos en constante trabajo espiritual, repitiéndonos el mantra del principio, entonces caemos en otro rubro, el aspecto sentimental, en donde se busca el alma gemela. Hay que tener muy presente que dos almas no pueden conectarse entre sí, a no ser que cada individuo este conectado con su alma también. Con esto quiero decir que si una mujer esta esperando que un hombre sea su fuente de luz y ella no ha pasado el proceso de descubrir ¿quién es?, ¿para qué esta aquí?, es decir, si no construye una relación con ella primero, no puede haber una relación entre almas gemelas.

A diferencia de lo que comúnmente sabemos, que los opuestos se atraen, desde que estudio me he dado cuenta que realmente es al contrario, lo que se atraen son los semejantes. Las relaciones no son una competencia, el trabajo personal consiste en entender que una relación de pareja es una sociedad en la que cada uno tiene su rol, donde no hay que pelear por ver quien gana, sino combinarse para complementarse.

Es súper importante que la mujer se de permiso para ser mujer y le de la oportunidad al hombre de ser hombre, porque si estas esperando a que el hombre cambie o aprenda, no va a suceder. Depende de una, de cómo lo encamines con tus acciones.

La mujer debe de aprender que ella es la que administra la energía en la relación, si no aprende como administrarla, sabiendo cuándo decir que si, cuándo no, cuándo contestar el teléfono, cómo lidiar con las cosas, cómo comunicarse, qué es lo que necesita su hombre, o cómo elegir al hombre correcto, el proceso será casi imposible de concretarse de manera positiva.
Parte del rol de la mujer, es permitir al hombre el derecho a conquistarla. Los hombres tienen que ganarse el derecho de poseer las cosas, es muy importante que ellos sientan que deben de hacer un esfuerzo por tenerlas. La satisfacción de ellos no es su responsabilidad, sino de ellas, si una mujer no le da la oportunidad de ganárselo, le quita la oportunidad de sentirse satisfecho, lo que traerá consecuencias negativas, ella le está cortando las alas y cerrando todas las puertas.
Nuestra responsabilidad como mujeres es dar oportunidades a los hombres para que nos ganen y se sientan satisfechos en la conexión con nosotras. Si la mujer no le permite luchar por ella, le quita al hombre la oportunidad de apreciarla. Entonces, las mujeres no deben de quejarse por estar siendo poco valoradas, porque lo están, por nunca darle la oportunidad al hombre de trabajar por ellas.

Los hombres necesitan sentir que la mujer es un premio, experimentar la recompensa de ganar el reto, y eso dura para siempre. No importa si la mujer tiene un novio o está casada, es importante siempre operar desde ese lugar en el que el hombre sienta que lo que tiene de nosotras, es un regalo que se ha ganado.

Lo realmente importante es que la mujer siempre se repita: “El hombre nunca debe de ser mi fuente de alegría”, y no importa si están al principio, a la mitad o al final del vuelo que te llevará a tu destino, siempre es momento para entender que las relaciones no son una competencia, son una sociedad y mereces tener a tu lado el mejor hombre del universo, siempre y cuando tu seas la mejor mujer, dispuesta a llenar el universo de un hombre.


22 de septiembre de 2011

¿Cómo lograr que tu pareja se sienta lo máximo?



Ayer por la noche, después de trabajar en mi libro “Rescátame a muerte” y antes de dormir, hubo un espacio de aproximadamente hora y media en el cual hablé con a very special someone. Los temas fueron varios, pero en una de tantas oraciones que se formularon, llegamos al punto en el que dicha persona debe creerse que es el top of the tops en todo lo que hace. Por que realmente lo es.

Al respecto me comentó que sentirse como tal, es un issue en el cuál debe trabajar. Acto seguido, llegó a mi la inspiración acerca del tema que debía tratar en la columna el día de hoy. Es por eso que hablaremos de las relaciones de pareja, del hombre, la mujer y de cómo trabajar en equipo para conseguir muchas cosas en conjunto.

Así que let´s start¿Cuánto se valora una mujer a si misma?,  una pregunta que nos debemos formular a diario todas las mujeres del mundo, ya que la mujer debe de entender que ella es una princesa por sobre todas las cosas, y por ende, necesita un príncipe en caballo blanco que venga y luche por ella siempre…. no existe otra posibilidad.
Es súper importante entender que si una mujer está esperando que un hombre sea su fuente de felicidad y ella no ha pasado por el proceso de descubrir quién es, para qué esta en este mundo, cuál es su propósito, su misión y su camino, no existirán buenas bases para construir una relación. Si la mujer primero no construye su valor por sí misma, no puede haber una relación entre dos personas.
Si esa conciencia e intención no están claras para la mujer desde el principio, van a salir mil cosas disfuncionales cuando comience una relación con un hombre y las consecuencias serían, que ella va terminar siendo la proveedora y él estará muy cómodo viendo tele, ella cambiando focos y él cocinando…  y como esos ejemplos puedo enumerar mil cosas en las relaciones de pareja que no son como deberían ser.

No es un tema machista el que expongo, es simplemente respondernos lo siguiente: ¿cuál es el objetivo de que la mujer cocine o haga cosas para servir a su pareja? La mujer debe tener muy claro que para el hombre es súper importante que lo atiendan, porque es una expresión del respeto y la admiración que su pareja le tiene, es como decirle: “llegaste a la casa, quiero atenderte”.

Trabajar una relación de pareja desde dicha premisa es un reto y una estrategia que la mujer tiene para proporcionarle energía a su pareja. Es cocinarle, esperarlo, compartir quality time, y de esta manera, la mujer va a activar al hombre.

Ahora, hay que ser realistas al recordar que hoy en día el gran problema se presenta cuando una persona no es espiritual y desconoce los medios para conectar con la energía cósmica, con la fuerza de Dios en su vida, conectarse en pareja con dicha luz. Ahí es cuando las mujeres necesitan que el hombre les provea y por eso se vuelven dependientes en las relaciones.

Cuando uno no tiene claras las reglas básicas de las relaciones, que de hecho es una de las cosas que enseña la Kabbalah, es probable que tengamos el deseo de que las cosas sucedan de cierta forma y nada más no logramos que eso pase. Ya que recibir y conectar con la energía de la luz por uno mismo y no esperar que la energía venga del otro, es un trabajo sumamente difícil. Las relaciones requieren trabajo, retos, ponerse a prueba. Esta tarea algo de dos, no de uno, como cuando alguno de los dos miembros de la relación pasa por un momento difícil y deja de dar lo que la otra persona necesita, ahí empiezan los problemas.

Los seres humanos tendríamos que entender que las relaciones también son un ejercicio para conectar más con la energía, sobre todo cuando el otro pasa por un down. Este es el momento justo en el que la pareja debe entrar al quite y decirse a sí mismo: me voy a motivar más por el o ella, le seré incondicional, y le daré, apoyaré y proporcionaré aquello que esté buscando para así reactivarlo.
Si un hombre está down y su mujer lo aprecia, lo admira y lo trata como si fuera un top, el hombre se va a reactivar, va a ser el top de los tops y va a llenarla de luz y energía.  Si ella lo deja de respetar y lo trata como un cero a la izquierda, el hombre no va a poder crecer y viceversa. Es por eso, que las chanclas vienen en pares y las relaciones son una ecuación de dos individuos, en los cuales uno trabaja en función del otro. Esto es dar y recibir, es crear ese lazo en el que uno no depende del otro, sino que son la fuerza que los mueve.
Es momento que le digas a tu pareja lo que tú quieres que sea. Dile a la persona que está contigo que es la más maravillosa, increíble y talentosa que conoces.  Sólo entonces se convertirá en ello.

La mujer debe tener en claro que al hombre hay que tratarlo como quieras que sea, no decírselo, tratarlo, porque es muy fácil decirlo, y el hecho tratarlo como tal requiere trabajo. También la mujer debe recordar siempre, que los hombres no responden a las palabras, sino a los actos.

Es por eso que si a very special someone quiere trabajar en el hecho de sentirse y ser el top of the tops, no depende sólo de él, sino de su pareja, es un trabajo de dos, de evaluar si esa pareja es la chancla correcta para que el par funcione y los dos trabajen en dar y recibir, en reactivarse y adquirir una fuerza tal, que al trabajar en conjunto sea más grande que ellos y sea la base que los sostenga.

15 de septiembre de 2011

¿Cuál es el rol del hombre y de la mujer en una pareja?



Hace no más de 72 horas me encontraba platicando vía bb msn con una persona, de la cual me gusta que se dé el tiempo para si mismo, que cuide su cuerpo, que se permita mucho tiempo de calidad para estar con su hija, y por el hecho de que respeta sus espacios. En dicha plática le mencioné: “Ya quiero que sea tal día para consentirte MUCHO”, a lo que él me respondió: “Ese mucho en mayúsculas me gustó“.  Mi respuesta inmediata fue: “Depende de ti que el mucho sea en mayúsculas o minúsculas”.

Al día siguiente en mi clase de , Ariel mi maestro, habló sobre el momento en el que se empieza a construir una relación de pareja; mencionó que dicho momento es cuando se atraviesa por el proceso de ganarse las cosas. Justo después de que pronunció esas palabras, algo empezó a cobrar sentido en aquella frase en la cual el uso de las palabras, ya sea en mayúsculas o minúsculas, dependen de que es lo que espera el de la y de lo que la mujer espera del hombre.

Es por eso que la columna de hoy trata de algo que todos creemos saber, pero estoy seguro que no nos queda muy en claro, el cual es el hecho de: ¿Cómo funcionan los hombres y las mujeres en las relaciones?

Existen ciertas reglas básicas a nivel de espíritu en las relaciones de pareja, y si respetas ese funcionamiento natural, tu relación de pareja va a funcionar de diez.
Para poder ser exitosos en cualquier actividad de nuestras vidas, debemos de entender a profundidad la esencia de lo que trata dicha actividad. Por ejemplo, si queremos ser buenos papás, debemos de entender que la esencia de ser papá, es ser papá, no es ser amigo. En cuanto a relaciones de pareja, la cosa es lo más difícil del mundo, porque hay que hacer de dos personas que tienen dos deseos distintos y dos visiones distintas de la vida, uno en armonía que beneficie a los dos y a los que están a su alrededor también, ya que una pareja de verdad, no sólo se alumbra a sí misma, alumbra a todos los que se encuentran a su alrededor.
Para poder entender la esencia de las relaciones de pareja, primero debemos de saber bien quién es el hombre en una relación. La respuesta es compleja, pero sencilla si la analizas, ya que el hombre a nivel de espíritu es un conducto, un canal, que esta a cargo de traer energía y luz a la relación. ¿Qué significa eso? Que el trabajo del hombre es traer energía, meter goles, hacer que las cosas brillen, pasen, que haya abundancia, es estar, dar, hacer e inyectar.

Ahora, ¿qué es la mujer en una relación? El trabajo de la mujer es dejar al hombre que se sienta como un proveedor, para dejarlo sentirse como hombre. La mujer debe dedicarse a ser mujer, siendo como una vasija, un recipiente, en donde el hombre deposita la energía y la mujer toma dicha energía y la regresa manifestada al hombre, mil veces más de lo que recibió.

El hombre quiere ciertas cosas en una relación y necesita ciertas cosas en una relación. Los hombres necesitan ciertas cosas de su mujer y las mujeres ciertas cosas de su hombre. Mencionamos que el hombre es un canal y como dicho canal de luz, el hombre quiere sentirse como la luz máxima.

Es por eso, que el hombre adopta la actitud de: yo hago todo, te soluciono todo, siendo siempre el proveedor y firme en la actitud de lo se todo, lo doy todo… 

¿Qué produce eso en la mujer? Admiración, apreciación y respeto. Porque cuando no te admiran, no te aprecian y no te respetan, se bloquea el deseo de arreglar las cosas, eso no le permite al hombre ser hombre y eso se da cuando tu mujer no te respeta. A fin de cuentas eso es lo que el hombre quiere recibir: respeto, admiración y apreciación, that´s it.

Lo que la mujer necesita, es distinto, ella necesita recibir energía, que le den, que se preocupen por ella, que le hablen, que la llamen y que le digan que esta hermosa, ya que las mujeres están conectadas a los oídos, es por eso que siempre hay que endulzarle el oído a la mujer.

A un hombre no le funciona que le digan que esta guapo y que es un príncipe, para nada. Un hombre sabe en los ojos de su mujer cuando es respetado y admirado y una vez más, that´s it. Por el contrario, la mujer necesita que su hombre sea un proveedor de energía, de atención, de preocupación y sobre todo, de soluciones.

El problema de hoy en día, es que están mezclados los roles, lo cual no quiere decir que sea una contradicción, ya que la mujer puede trabajar y ser productiva; pero, si en esa actividad no se le permite al hombre ser hombre, ahí es cuando se convierte en un problema, porque nunca vas a poder tener un hombre y jamás vas a poder tenerlo contento.

El gran problema es que cuando el hombre no recibe la apreciación y el respeto de la mujer, se bloquea para dar, por ende deja de hacerlo, lo cual genera que la mujer lo respete y lo admire menos y así es como se terminan las relaciones.

Al principio todo sale natural, yo te respeto de forma natural, te doy energía de forma natural, pero cuando ya empieza la relación en verdad, cuando se acabó el romance y empieza la relación, empezamos a ser condicionales, en el hecho de que la mujer dice yo te respeto solamente si me das y el hombre dice, yo te doy solamente si tu me respetas y me aprecias como canal.

Y en ese, y si tú, y si yo, y si lo otro… nos carga el diablo a todos y se acaban las relaciones. Es por eso que es un trabajo de dos, de dar y recibir, de que la mujer admire, respete y aprecie a su hombre y que el hombre le diga una cantidad infinita de mieles y de alto mantenimiento a nivel del alma a su mujer, para que el ¡MUCHO! en mayúsculas o minúsculas, dependa no sólo de uno de los integrantes de la relación, sino de los dos, de cuanto ha hecho el hombre para ganarse la apreciación de su mujer y de la mujer de tomar esa energía y regresarla multiplicada no sólo en mayúsculas, sino acompañada de un aumento de tamaño de fuente.